viernes, 9 de diciembre de 2011

Reír. Hasta conseguir llorar de felicidad, hasta que te duela el estómago. Que la sonrisa se adueñe de toda tu cara.
Correr. En todas direcciones. Sin tener un rumbo fijo. Sintiendo el viento en la cara. Avanzar. Acelerar. Con ese deseo de querer comerte el mundo.
Observar. Mirar cada cosa fijamente, con detenimiento. Parándose a pensar en todo lo que merece la pena.
Esperar. Escuchar a esa voz dentro de ti que no se cansa de decirte que tu sueño se va hacer realidad.
Correr, observar, reír y simplemente tener la esperanza de que todo salga bien. Que mi vida siga el camino adecuado.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Noches.

Noche. Noche encantada. Noche dolorosa. Noche insensata. Noche mágica. Noche loca. Noche que parece no acabar nunca. Noche, que sin embargo, a veces pasa muy deprisa. Noche de ventanas entreabiertas, de colchas que protegen y de recuerdos que dejan dudas y un sabor de boca un poco amargo. Noche. Noche profunda. Noche de amor. Noche que avanza, que discurre. Noche de estrellas, de nubes, de viento. Noche ligera. Noche cálida. Noche de hojas que bailan alegres en las copas de los árboles. Noche diversa. Noche de luna, de timbrazos, de llamadas telefónicas. Noche de celos, de luchas, de fantasías. Noche de palabras, de confidencias, de sorpresas. Noche de gente alegre, de luces, de sonidos, de fiesta. Noche de desilusión, amargura, tristeza. Noche de lágrimas. Noche. Otra noche más.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Un día distinto.

Otro día más, otro día cualquiera para la mayoría de las personas. Seguramente para él también. Pero para mí no. Hoy es un día diferente. Hoy es un día extraño. Hubo tormenta, y yo espero el Sol. Ese Sol que irradie felicidad dentro de mí. Alegría. Cerrar los ojos y recrear el pasado. Construir un futuro mejor. Retroceder en el tiempo para cambiar algunas cosas. Vivir sin enmascarar mis verdaderos sentimientos. Vivir contigo, o sin ti. Pero estando segura de mis sueños, de mis metas, de mis ilusiones. Vivir sin darle importancia lo que piense la gente, y disfrutar como di cada día volviese a nacer. Olvidar los problemas. Dejarme llevar.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Una definición de mi misma..

Sé que mi carácter no le gusta a todo el mundo, es más, no le gusta a casi nadie. Tengo muchos defectos. El primero puede ser el orgullo, aunque la mayoría de las veces, yo lo considere como una virtud. Creo que mi mayor defecto es que no sé reconocer cuando la he cagado, cuando he fallado a alguien. No sé pedir perdón. Por esa misma razón, también me cuesta perdonar. Esa frase de "Perdono, pero no olvido", me viene como anillo al dedo. Tampoco soy una persona que suela expresar sus sentimiento, ni que demuestre su cariño. Hay gente que me llama arisca, gente que me dice que soy muy fría... Pero sin embargo no lo soy, es una simple apariencia. Hay gente que sabe sacar lo de bueno de mí, y quitarme este orgullo que no me deja a veces expresar lo que siento, pero gente como ésta hay muy poca. Ni mi familia lo consigue la mayoría de las veces. Solo es cuestión de proponérselo, creo que no es tan difícil. Sé que puedo llegar a ser la niña más complicada del mundo, a la que por mucho que la escuches no la entiendes. En muchos momentos pensarás que estoy loca. O que no me importa otra cosa que no sea yo. A veces soy muy egocéntrica. Pero todo esto tiene un motivo. Y es que tengo que ponerme una armadura. Porque la vida es una lucha incesante, y como no estés protegido y preparado para luchar, la vida te enseña, sí, pero a base de palos, y yo soy la persona más cabezona y más constante del mundo. Por eso tengo tantos defectos y errores, porque no me gustan los palos, como a nadie, supongo, y sigo hacia delante. Y aunque aprenda, muchas veces no lo pongo en práctica. Estoy contenta conmigo misma. Me va bien así, aunque de vez en cuando piense lo contrario. Si fuera diferente, sufriría mucho más. No me gusta decir que estoy mal, triste, que me siento sola, lo veo de gente que cae muy fácilmente, y precisamente yo no soy de esas. Si me caigo, me levanto, aunque tropiece mil veces más con la misma piedra. Al fin y al cabo de algo me servirá. Cuando llego al límite de mis capacidades y no puedo más, termino por contarle a alguien lo que me pasa, aunque la mitad de las veces a los dos segundos me arrepiento, no me gusta dar pena.
Cuando quiero algo, lucho por conseguirlo, por el medio que sea, no me importa el cómo, me importa el qué y el porqué. Si tiro la toalla pronto, es que solo es un capricho temporal, pero por mi propio orgullo, más me vale conseguirlo. Soy muy luchadora, nunca me doy por vencida.
En definitiva, estoy orgullosa de ser como soy, y me quiero a mí misma, muchísimo. Si no te gusta mi forma de ser, tranquilízate, no eres el primero, ni vas a ser el último. Pero tengo claro, que si alguien me quiere de verdad, lo hará con mis defectos y mis virtudes, porque así lo hago yo.